Intelectuales en busca de razón
II
O como decía Ben Hetch: los intelectuales son un asco
Mario Vargas Llosa, el gurú de lo incomprensible, la quintaesencia del despropósito, la cuadratura del cinismo, nos ha preparado su obra definitiva: Elogio de la colonización y genocidio (justificado) del indio.
Javier Martínez Reverte, otro plumífero imprescindible donde los hubiere, ha trabajado durante 23 intensos minutos para presentarnos su biblia laica: Colinas que arden, lagos de fuego y tanques rojigualdos.
Javier Mariscal, hombre para todo, o casi todo, vuelve al cine con: El catalan irrita.
Juliá Santos, historiador que cuenta historias, se zambulle en la lucidez con: Historia de España con Catalunya al margen.
Álvaro de Luna, un actor que se ha hecho pasar por actor, con éxito, acaba de rodar su última película en tierras catalanas con el enigmático título: Algarrobo todo lo que puedo. Película que está a la espera de encontrar sala para su estreno.
Elías Quinajeta, reconocido productor de alguno de los títulos más importantes del cine español, vuelve a la carga con dos películas absolutamente visionarias: El espíritu de la consulta y Cría Cuervos y te sacaran los ojos.
Aitana Sánchez Gijón, la hermosa actriz romana (como los calamares) no tiene ninguna película a punto de estreno, pero recomiendo revisar dos de sus trabajos más interesantes: La ley de la frontera y Bajarse al moro.
Estos no son todos, pero sí algunos de los más representativos del grupo y nos dan una nítida idea del empaque, la profundidad y el calibre intelectual de los firmantes del manifiesto.
Gracias a todos ellos por su desinteresada y altruista tutela. Que jamás nos dejen caer en la tentación y nos libren de todo mal. Amén.
NOTA del autor: el texto está escrito en español por solidaridad con los firmantes y, por qué no, con un ligero contagio de síndrome de Estocolmo. En el fondo uno aspira a entrar en su círculo elitista y pasar por la vida siendo un admirado intelectual.
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