diumenge, 24 d’octubre del 2010

Acabar con los ríos

En tu camino hacia el Olimpo sigues jugando a ser Dios. Tu ambición no tiene parangón y te crees realmente el elegido, el instrumento estelar para cambiar la faz de la tierra. Tu soberbia es de tal magnitud (y estupidez) que llegas hasta el punto de enmendarle la plana al mismísimo creador supremo. Tu obcecación y ceguera te predispone en contra de la naturaleza en su más perfecta expresión. De las montañas haces colinas y de las colinas, abismos. De los mares, simas profundas y oscuras. De los bosques, áridas planicies sin horizonte. De las tierras fértiles, barbechos inútiles y estériles. Siempre a la contra, has acabado por perder el norte y la importancia del equilibrio natural. Ahora quieres acabar con los ríos, y que se plieguen a tus caprichos y desemboquen en las cimas, en lugar de hacerlo en el mar. Perviertes las leyes físicas en un alarde de prepotencia y sinrazón. Quizás la proximidad de las lluvias que nos ha de traer el monzón y su caudal imprevisible, te inquieta y precipita, no ha hacerlo peor, pero si más rápido. Tienes miedo a perder tu corona celestial, tu cuota de poder y que tú obra quede inacabada. Es difícil hacer de Dios cuando no se tiene el control sobre sí mismo. La naturaleza es una fuerza desbocada e incontrolable y cuando se abran los cielos, los ríos correrán imparables hacia el mar, como autopistas de justicia, arrastrando a su paso todos los troncos caídos (y podridos).

1 comentari:

Anònim ha dit...

SEÑOR CONTADOR DE FABULES, USTED ES GRANDE!!!! no se donde nos llevaran las agua de los rios, pero tenga usted bien sabido, que la fuerza del agua siempre llega a su destino!!!! Ademas de que las cosas no suceden con premeditacion y alevosia, sino que son circunstancias de la naturaleza. QUIERAN O NO QUIERAN!!!!